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“Cuando ya no somos capaces de cambiar una situación, nos encontramos ante el desafío de cambiarnos a nosotros mismos”
Víctor Frankl.
Nos encontramos ante un desafío como civilización al que no nos hemos enfrentado probablemente desde la peste negra en el siglo XIV que alcanzó un punto máximo entre 1347 y 1353 con un estimado de 25 millones de muertos o la gripe española en 1918 que en solo un año mató entre 20 y 40 millones de personas, siendo la más reciente pero menos dramática la epidemia del SARS entre el 2002 y 2003 que tuvo 154 fallecidos en todo el mundo por lo que no se acerca en magnitud y propagación al fenómeno actual.
Pandemias que nuestra generación no vivió, por lo que no cuenta con la experiencia o las herramientas para afrontar este fenómeno que sin lugar a duda nos está llevando a replantear nuestra idea de civilización en cuanto a la economía y las políticas de estado; pero principalmente nuestras relaciones como individuos en sociedad. Se nos ha pedido como mecanismo de protección una inusitada estrategia denominada -Distanciamiento Social- . Algo irónico para una sociedad que ha evolucionado tecnológicamente y patológicamente a dinámicas cada vez más y más individualistas pero por ahora no me voy a detener en este tema particular.
Los sistemas de salud se han enfocado en lo que llaman “aplanar la curva” para no saturar los hospitales, lo que nos lleva a darnos cuenta de la importancia de invertir más en salud y menos en ejércitos que se tornan obsoletos ante este tipo de crisis. Celebro el vivir en un país sin ejército que ha sabido invertir en Salud y Educación lo que ha permitido mantener un número muy reducido de muertos por Covid-19 donde contabilizan 2 muertos al día de hoy 7 de abril de 2020; a diferencia de “potencias mundiales” como Estados Unidos con 11 835 muertos, pero con el ejército más “poderoso del mundo”.
A donde creo que no hemos sabido gestionar, y lo que me motiva a escribir en esta ocasión es la ausencia (a mi criterio) de estrategias país para el abordaje de la salud mental, que trasciendan las recomendaciones básicas de disciplina en la higiene de manos y cuidado de personas vulnerables como lo son los ancianos y otros con factores de riesgo; como enfermedades crónicas respiratorias o diabetes entre otras bastamente descritas. Mi principal preocupación radica en que estrategias le estamos brindando a la población para el manejo saludable de las emociones que genera el confinamiento, la ansiedad ante la pérdida o reducción del empleo y el comercio o bien el exceso de información que en su mayoría alimenta el miedo exagerando datos o dando soluciones ilógicas.
10 Recomendaciones para mejorar
las condiciones desde la Salud Mental.
1. Acepte las emociones propias y de los demás: permítase sentir, reconocer y validar que es un ser emocional, la ansiedad, el miedo y la tristeza son normales, coméntelas con un ser querido; esto le dará la maravillosa oportunidad de elaborar un crecimiento personal y recibir apoyo amoroso y consciente de quienes nos rodean. Si la ansiedad es excesiva busque ayuda de un profesional, evite la posición de súper héroe negando las emociones, acéptelas como propias; si tiene niños o personas vulnerables modele las emociones converse en familia.
2. Identifique los pensamientos que le generen malestar: los seres humanos trabajamos a partir de ideas que podemos considerar saludables (racionales) o destructivas (irracionales) estas pueden intensificarse por las informaciones a las que nos exponemos, de ahí la importancia de acceder a informaciones oficiales y evitar creer todo lo que dicen las redes sociales plagadas de noticias falsas. Tome el silencio y la pausa como una oportunidad para sanar heridas internas o resolver asuntos pendientes. Evite discusiones innecesarias o controversias por asuntos políticos, religiosos o médicos. Dedique su atención únicamente a las actividades que lo hagan sentir bien.
3. No tome más precauciones de las necesarias: evite las medidas obsesivas, con seguir las recomendaciones ya conocidas por las autoridades es más que suficiente, pensar todo el día en la situación poco le ayuda, busque lo positivo del momento que vive. Aproveche la oportunidad para conectarse con usted mismo a través de la meditación o la oración si es una persona de fe. La espiritualidad es un gran recurso donde la esperanza nos estimula a darnos cuenta que todo absolutamente todo en la vida pasara y mejores tiempos han de venir. Deslinde o desvincule las reacciones de angustia ante la expansión del virus, que son consideradas como muestras emocionalmente esperadas, de los cuadros psicopatológicos, es decir, de las manifestaciones que no dependen de lo que está ocurriendo en el presente o del temor a lo que podría registrarse en el futuro cercano.
4. Intente llevar una vida normal: no se quede todo el día en pijama, báñese como lo haría normalmente para salir de casa para evitar la sensación de discontinuidad y poder organizar los ciclos del día., establezca rutinas su cerebro lo agradecerá. Si trabaja desde casa prime la productividad y no exceda los tiempos a los que está comprometido, genere espacios de esparcimiento físicos y mentales, tanto individuales como colectivos. El ejercicio será vital para la apropiada oxigenación muscular y cerebral. Ver televisión todo el día o sumergirse en vídeo juegos violentos aportarán únicamente en un malestar generalizado, dolor de cabeza e irritabilidad emocional.
5. Comparta en familia: entendiendo familia no solo como aquellos a los que estamos vinculados por sangre, familia también es la comunidad que nos contiene que nos hace formar parte de algo especial. En este sentido es importante como mencioné anteriormente identificar las emociones y tensiones que la convivencia en espacios reducidos; de aquí que es muy importante el respeto de los espacios para no invadir al otro, establezca límites sin dejar de compartir. Utilice el dialogo para la solución de conflictos o la reducción de los mismos. Fortalezca los vínculos usando la tecnología disponible compartiendo virtualmente con sus amigos, grupos o familiares que estén físicamente lejanos, que la distancia física no promueva la distancia emocional. Recurra al ejercicio en casa, los juegos de mesa, el dibujo, la pintura, la escritura, la danza, la música, la meditación o la cocina como métodos para reducir la sensación de ansiedad o aburrimiento. Mover el cuerpo le será vital para no quedarse en el mundo de las ideas.
6. Evite hablar todo el día del tema: es razonable el querer estar informado usando las fuentes oficiales, pero poco le ayuda el estar “inundado” del tema buscando y compartiendo información solo relacionada con la situación país o global, no olvide que el mundo está lleno de otras cosas que podemos compartir, conversar y experimentar. Evite la dependencia informativa y reemplácela por actividades que beneficien su equilibrio al darle importancia no solo al plano mental, sino también al corporal, por ejemplo, al realizar estiramientos periódicos de sus piernas y brazos. Absténgase de observar redes sociales antes de la hora de dormir y, durante el día, póngase el límite de ver o leer noticias máximo tres veces.
7. Proteja a las personas más vulnerables: no solo siguiendo las recomendaciones para reducir el potencial de contagio, también es importante protegerlos de información, prime la convivencia colectiva ese será un factor de protección importante, escuche lo que tienen que decir, estimule las emociones positivas con perspectiva a futuro.
8. No reproduzca mensajes alarmistas: Ya las redes sociales y los medios de comunicación están llenos de alarma y miedo propaguemos la tranquilidad responsablemente, seamos emisores de buenas noticias y de mensajes con esperanza asumiendo un paradigma transformativo de las emociones. Controle los periodos de revisión de los dispositivos móviles. Reconozca las redes sociales como disparadores de ansiedad y evite creer en todos los mensajes que ve. Confíe únicamente en la información verificada, esta solo la encontrará en las autoridades médicas y gubernamentales, así como en medios de comunicación con amplia trayectoria.
9. Aprenda cosas nuevas: estimule su mente exponiéndose a nuevas experiencias, en internet actualmente existe una amplia oferta de formación en línea de todo lo que se imagine, desde lo más académico hasta lo más recreativo busque lo que se adecue más a sus intereses y desarrolle nuevas habilidades, experimente todo aquello que ha postergado por “no tener el tiempo” aproveche la cuarentena y si tiene habilidades de cualquier tipo compártelas eso fomentará su sensación de realización y fortalecerá el vinculo social.
10. Si está en sus posibilidades ayude a otros: hay miles de formas de ser solidarios, no solo esta vinculado con dinero. Podemos ayudar mucho a nuestros amigos, vecinos o familiares compartiendo con ellos, escuchándolos y buscando soluciones prácticas para sobrellevar los tiempos de incertidumbre. Cuando somos solidarios nos sentimos útiles y capaces esto aportará enormemente a nuestra propia autoestima y la del otro. Todos de alguna manera necesitamos pero también tenemos para dar.
Espero que este articulo aporte a una mejor convivencia con los demás y con nosotros mismos con la certeza de que mejores tiempos están por venir aprovechando la gran oportunidad que la naturaleza nos está brindando para trascender y crecer como sociedad, estableciendo una nueva normal donde rompamos con los patrones egoístas con la naturaleza y los que nos rodean hacia una nueva humanidad, hacia un nuevo tiempo una nueva era.
Tal vez sea utópico, pero sueño con un mundo nuevo donde desaparecen los programas de farándula y nacen programas diarios que aportan al crecimiento de las personas fortaleciendo la Salud Mental.
“O velho tempo passa
Novo tempo chegou
Novo, mundo novo povo, nova era
E un novo profesor…”
Ciranda do Daime.
Himnario Nova Era Nova Dimensao. Padrino Alfredo.
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